Elisa McCoy sonriendo frente a un edificio con ventanas grandes.

Elisa McCoy

Nací en Madrid, pero mis raíces se extienden a Galicia y California, lugares que han influido profundamente en mi manera de mirar el mundo. Me formé en Danza Contemporánea, Interpretación y Periodismo, guiada siempre por la pasión de contar historias.

He vivido largas temporadas en el extranjero, en ciudades como Berlín, Nueva York, Los Ángeles y la India, donde he podido ampliar mi mirada y enriquecer mi formación artística.

Al finalizar mis estudios de danza en Alemania, descubrí el método Gyrotonic Expansion System®. Asistí a un taller en la escuela Marameo con Anke Hauerstein y, en cuanto lo probé, supe que debía seguir explorando este enfoque que tanto me había hecho sentir.

Después de tres años en Berlín, me lancé a Nueva York, donde pude fusionar mi sueño de bailar con mi formación oficial en Gyrotonic® y Gyrokinesis®. Impartí mis primeras clases en Body Evolutions, bajo la dirección de Billy Macagnone.

Tras un invierno especialmente frío en la Gran Manzana, regresé a España, donde la enseñanza se convirtió en mi actividad principal. Aun así, el deseo de seguir explorando el mundo y mi trayectoria artística me llevó una vez más a Estados Unidos, esta vez a Los Ángeles. Allí continué formándome con cursos más especializados y compartiendo en diversas escuelas.

En medio del bullicio de la ciudad, el yoga se convirtió en mi refugio. Aunque ya lo practicaba desde hacía años, fue en las clases de Yoga Salt con Krista Cahill donde comprendí que el yoga es mucho más que una práctica física. Así comenzó un nuevo capítulo: me formé en Vinyasa Yoga y viajé a la India, donde pasé cuatro meses sumergida en la cultura, el yoga, la danza y la medicina Ayurveda. Esa experiencia fue profundamente transformadora.

Al regresar a Madrid, abrí mi propio estudio: Sequoia Movement Studio, en el barrio de Chamberí.

Después de un tiempo, cerré el estudio para dedicarme a la maternidad.

Tras un parón de dos años, regresé a la enseñanza en Madrid con una nueva intención: crear retiros y experiencias donde el movimiento sea el eje central; el punto de partida para tejer puentes con otras artes y disciplinas. Crear espacios donde el cuerpo dialoga con la palabra, la música, el arte o la ciencia; donde lo sensorial y lo intelectual se entrelazan. Y donde tod@s son bienvenidos: adultos, niños, familias…

Paralelamente, sigo formándome de manera regular para enriquecer mi práctica y mi enseñanza.

Me apasiona compartir con las personas todo lo que aprendo y acompañarles en su camino. El movimiento es mi hogar y mi oxígeno. Cuando me muevo, todo encuentra su armonía. Creo que todos necesitamos encontrar nuestra propia danza para conectar con nuestra esencia y permanecer en constante movimiento para no perderla nunca. Y darnos el tiempo y el espacio para jugar y redescubrirnos.

C.V.